miércoles, 15 de octubre de 2008

Nuevas terapias alternativas: hoy, equinoterapia

Estimados lectores,

en nuestro afán por seguir ampliando el cerco definitorio al delirante mundo de las terapias alternativas, he aquí una nuevo término de rabiosa actualidad que no podía faltar:

Equinoterapia: Tratamiento terapéutico que persigue la mejora emocional de un paciente humano gracias al contacto de éste con un caballo. Practicada ya en la Mongolia de Genghis Khan, la equinoterapia contemporánea consiste en la aproximación psiquico-espiritual entre paciente y équido mediante el progresivo contacto de ambos. Primero, se establece una aproximación visual mediante guiños y miradas ardientes; después, un contacto táctil más o menos íntimo; y por último, un excitante contacto verbal en que el paciente susurra propuestas indecorosas al oído del caballo. Si todo el proceso se lleva a cabo de manera correcta, el animal se dejará montar por su cortejador; en caso contrario, será éste el que monte al paciente. En el primer caso, el paciente mejorará su autoestima al haber logrado seducir a un hermoso mamífero sin hacer uso de artimañas tales como joyas, bombones o propuestas de matrimonio; en caso contrario, su autoestima también mejorará, pues podrá presumir de tener como pareja a uno de los seres mejor dotados del reino animal.

"No importa la especie si el amor es puro" M. L. King

3 comentarios:

Questionaire dijo...

Bueno, ya acabé su libro, serependíticos doctores. Un tratado altamente recomendable, en el que he echado de menos entradas dedicadas a la inteligencia emocional, a "Quién se ha comido mi quesito" y al Dr. Estivill. ¿Para una segunda parte, tal vez?

Dr. Serra dijo...

Querido caballero que se pregunta por elevadas cuestiones: convengo con usted en que nos hemos dejado en el tintero a Estivill, al miserable ratoncito que busca su queso pero también a Punset y otras personajes y conceptos de peor calaña.
Mas nos dimos cuenta de que, o establecíamos un límite en el número de entradas o literalmente el trabajo a realizar nos desbordaría. Y eso sí que no, querido amigo: trabajo, el justo.
Celebramos de todo corazón, por otra parte, que nuestro libro le haya gustado.

Dr. Bermúdez dijo...

Si hubiera o hubiese segunda parte, mi estimado señor, no dude que Estivill y el miserable roedor encontrarán su lugar entre sus páginas.

Por cierto: yo también, como el Dr. Serra, celebro que nuestra modesta obra haya sido de su agrado.